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jueves, 19 de marzo de 2015

Las colas del hambre que no muestran los medios de comunicación



En muchos lugares y por disímiles motivos la gente hace colas, o filas, como también se les conoce.  Estas son cada vez más comunes en las sociedades capitalistas.  Su proliferación ha sido tan grande que ha dado lugar a "la teoría de las colas".  Se trata de un conjunto de modelos para "medir" los tiempos de espera en todo establecimiento en el cual se originan, con el objeto de adoptar medidas para paliar el problema.  Estas serían colas originadas por el deseo de comprar algún producto en particular o para entrar en algún local o evento.  Colas, en definitiva, que no se producen por falta de oferta de productos ni capacidad de compra de los usuarios o clientes.



Por otro lado, existe otro tipo de cola que se da, donde quien busca el producto no lo va a comprar, pues carece de capacidad monetaria para hacerlo en el mercado.  Estas son colas, según el imaginario generado por los medios de comunicación, propias de los países "pobres".  Son colas que no tienen solución en los modelos de estas teorías, porque sus causas son ajenas a la gestión y están relacionadas con al aumento sostenido e inevitable de personas sin empleo o con empleo precario, producido por el propio metabolismo de la acumulación de capital. 

   Sin embargo, que estas últimas solo aparezcan en los medios si se dan en países distantes, y convenientemente "seleccionados", no significa que no existan en los propios países desde donde estos medios tratan de der lecciones.   Así está ocurriendo en los últimos tiempos, en medio de la gran crisis capitalista que se sufre en todas partes, donde parece que las únicas colas que merecen ser noticias de telediarios, editoriales y análisis son las venezolanas.



   Esta misma semana, por ejemplo, miles de ciudadanos sin trabajo, ni techo para dormir, hacían inmensas colas para poder ser beneficiarios de un bocado en Valencia, ciudad española donde la pobreza se ha acentuado en los últimos años según dio a conocer TeleSur. Las tímidas cifras oficiales, que reconocen que solo unas 350 personas hacen cola para comer, son desmentidas por las fotos captadas, en las que se muestra a miles de personas acudiendo a las llamadas "colas del hambre".

   Y no se trata solo de grupos de "indigentes" ni personas sin hogar, sino también de pensionistas sin recursos, jóvenes sin trabajo y madres que acuden con sus hijos tras esperar un mes para poder hacer la cola y recoger un kit de leche, atún y mortadela, entregado por el grupo Solidarios de la Noche, perteneciente al Banco Solidario de Alimentos que fue el encargado del reparto de víveres, mantas y sacos de dormir para los sin techo que viven en la ciudad.
  
Para desenmascarar el maniqueísmo mediático con que se trata la realidad venezolana, para utilizarla en la política doméstica, solo es necesario revelar el "truco":

   En primer lugar, España no sufre una guerra económica que se le imponga por una potencia extranjera con el apoyo de grandes empresarios del país, ni ha sufrido una caída tan importante en el precio de su principal rubro de exportación como Venezuela.
  Tampoco se sostiene el "cuento" que sugiere que Venezuela es más rica que España, y que ningún otro país, por poseer las reservas más importantes de hidrocarburos del mundo.  De acuerdo al ranking que elabora anualmente el Banco Mundial, en 2013, el PIB español alcanzó la cifra de 1.358.262.700.000; mientras que el venezolano fue de 415.843.942.000. En cualquier caso, cabe preguntarse ¿no eran acaso este tipo de colas mediáticas, como las que se producen en el Estado español, la confirmación del fracaso económico y político de un gobierno?
  

En España, la crisis económica sigue afectando a los sectores más empobrecidos, tanto que las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han alertado que la pobreza se está "cronificando" tras contabilizar cada vez más ciudadanos que dependen de instituciones benéficas para poder recibir alimentos.
 

Todos los indicadores evidencian que la clase trabajadora del país está experimentando un importante deterioro en las condiciones de vida debido a la pérdida de derechos básicos, los recortes sociales, las privatizaciones, el desempleo y la desigualdad social. Todo esto generado de politicas capitalistas de gobiernos derechistas y con la participación activa de los medios de comuicación dominantes que no transmiten este tipo de información al mundo. 

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