En muchos lugares y por disímiles
motivos la gente hace colas, o filas, como también se les conoce. Estas son cada vez más comunes en las
sociedades capitalistas. Su proliferación
ha sido tan grande que ha dado lugar a "la teoría de las colas". Se trata de un conjunto de modelos para
"medir" los tiempos de espera en todo establecimiento en el cual se
originan, con el objeto de adoptar medidas para paliar el problema. Estas serían colas originadas por el deseo de
comprar algún producto en particular o para entrar en algún local o
evento. Colas, en definitiva, que no se
producen por falta de oferta de productos ni capacidad de compra de los
usuarios o clientes.
Por otro lado, existe otro tipo
de cola que se da, donde quien busca el producto no lo va a comprar, pues carece
de capacidad monetaria para hacerlo en el mercado. Estas son colas, según el imaginario generado
por los medios de comunicación, propias de los países "pobres". Son colas que no tienen solución en los
modelos de estas teorías, porque sus causas son ajenas a la gestión y están
relacionadas con al aumento sostenido e inevitable de personas sin empleo o con
empleo precario, producido por el propio metabolismo de la acumulación de
capital.
Sin embargo, que
estas últimas solo aparezcan en los medios si se dan en países distantes, y
convenientemente "seleccionados", no significa que no existan en los
propios países desde donde estos medios tratan de der lecciones. Así está ocurriendo
en los últimos tiempos, en medio de la gran crisis capitalista que se sufre en
todas partes, donde parece que las únicas colas que merecen ser noticias de
telediarios, editoriales y análisis son las venezolanas.
Esta misma semana,
por ejemplo, miles de ciudadanos sin trabajo, ni techo para dormir, hacían
inmensas colas para poder ser beneficiarios de un bocado en Valencia, ciudad
española donde la pobreza se ha acentuado en los últimos años según dio a
conocer TeleSur. Las tímidas cifras oficiales, que reconocen que solo unas 350
personas hacen cola para comer, son desmentidas por las fotos captadas, en las
que se muestra a miles de personas acudiendo a las llamadas "colas del
hambre".
Y no se trata solo
de grupos de "indigentes" ni personas sin hogar, sino también de
pensionistas sin recursos, jóvenes sin trabajo y madres que acuden con sus
hijos tras esperar un mes para poder hacer la cola y recoger un kit de leche,
atún y mortadela, entregado por el grupo Solidarios de la Noche, perteneciente
al Banco Solidario de Alimentos que fue el encargado del reparto de víveres,
mantas y sacos de dormir para los sin techo que viven en la ciudad.
Para
desenmascarar el maniqueísmo mediático con que se trata la realidad venezolana,
para utilizarla en la política doméstica, solo es necesario revelar el "truco":
En primer lugar,
España no sufre una guerra económica que se le imponga por una potencia
extranjera con el apoyo de grandes empresarios del país, ni ha sufrido una
caída tan importante en el precio de su principal rubro de exportación como
Venezuela.
Tampoco se sostiene
el "cuento" que sugiere que Venezuela es más rica que España, y que
ningún otro país, por poseer las reservas más importantes de hidrocarburos del
mundo. De acuerdo al ranking que elabora
anualmente el Banco Mundial, en 2013, el PIB español alcanzó la cifra de
1.358.262.700.000; mientras que el venezolano fue de 415.843.942.000. En
cualquier caso, cabe preguntarse ¿no eran acaso este tipo de colas mediáticas,
como las que se producen en el Estado español, la confirmación del fracaso
económico y político de un gobierno?
En España, la crisis económica sigue afectando a los
sectores más empobrecidos, tanto que las Organizaciones No Gubernamentales
(ONG) han alertado que la pobreza se está "cronificando" tras
contabilizar cada vez más ciudadanos que dependen de instituciones benéficas
para poder recibir alimentos.
Todos los indicadores evidencian que la clase
trabajadora del país está experimentando un importante deterioro en las
condiciones de vida debido a la pérdida de derechos básicos, los recortes
sociales, las privatizaciones, el desempleo y la desigualdad social. Todo esto generado de politicas capitalistas de gobiernos derechistas y con la participación activa de los medios de comuicación dominantes que no transmiten este tipo de información al mundo.
Fuentes: www.hispantv.com/newsdetail/Sociedad/23424/En-Espana-pobreza-obliga-a-miles-a-hacer-largas-colas-para-comer
http://www.librered.net/?p=37663
http://canarias-semanal.org/not/15635/las-colas-del-hambre-que-no-muestran-los-medios-espanoles/
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